Contratar un seguro suele percibirse como un trámite rápido: comparar precios, elegir una opción “completa” y firmar. Sin embargo, lo que realmente determina cómo responderá tu aseguradora en caso de problema no es la publicidad ni el nombre de la póliza, sino las cláusulas del contrato. Muchas de ellas pasan desapercibidas y solo se descubren cuando ya es demasiado tarde.
Entender las cláusulas de tu seguro no es solo una cuestión económica, sino legal. Una mala interpretación o el desconocimiento de ciertas condiciones puede dejarte sin cobertura, limitar una indemnización o incluso obligarte a asumir responsabilidades personales. En este artículo te explicamos las cláusulas más problemáticas, con ejemplos reales y consejos claros para protegerte.
Por qué las cláusulas del seguro son tan importantes
Una póliza de seguro es un contrato legal vinculante. Esto significa que tanto tú como la aseguradora estáis obligados a cumplir lo que figura por escrito, incluso aunque no lo hayas leído o entendido completamente.
Muchas disputas legales con aseguradoras surgen porque:
- El asegurado asume que algo está cubierto cuando no lo está.
- No se cumplen condiciones exigidas por la póliza.
- Se desconocen límites, exclusiones o plazos.
Conocer las cláusulas clave te permite prevenir conflictos legales y tomar decisiones informadas antes de que ocurra un siniestro.

1. Cláusulas de exclusión: lo que el seguro NO cubre
Las cláusulas de exclusión son probablemente las más peligrosas. Determinan qué situaciones quedan fuera de la cobertura, aunque pagues la póliza puntualmente.
Ejemplo real
Un conductor sufre un accidente fuera del horario laboral usando su coche para reparto ocasional. El seguro rechaza el siniestro porque la póliza excluye el uso profesional del vehículo no declarado.
Consejo práctico
Revisa siempre:
- Uso del bien asegurado (vehículo, vivienda, actividad).
- Exclusiones por negligencia, alcohol, drogas o falta de mantenimiento.
- Actividades consideradas de riesgo.
Si tienes dudas, declara siempre el uso real, aunque encarezca la prima.
2. Cláusulas limitativas: cobertura con condiciones
Las cláusulas limitativas no eliminan la cobertura, pero la restringen. Legalmente deben estar destacadas y aceptadas expresamente, pero muchas personas no saben identificarlas.
Ejemplo real
Una póliza de salud cubre una intervención quirúrgica, pero limita la estancia hospitalaria a un número de días. El asegurado asume los costes adicionales por desconocer esta condición.
Consejo práctico
Busca términos como:
- “Hasta un máximo de…”
- “Con un límite de…”
- “Siempre que…”
Estas cláusulas son legales, pero debes conocerlas para evitar sorpresas.
3. Infraseguro y regla proporcional
El infraseguro ocurre cuando aseguras un bien por un valor inferior al real. En caso de siniestro, la indemnización se reduce proporcionalmente.
Ejemplo real
Una vivienda valorada en 200.000 € está asegurada por 120.000 €. Tras un incendio parcial, el seguro solo cubre el 60 % de los daños.
Consejo práctico
Actualiza periódicamente:
- Valor del continente y contenido.
- Bienes de alto valor (joyas, equipos, maquinaria).
- Cambios tras reformas o adquisiciones importantes.
4. Franquicias: el coste que asumes tú
La franquicia es la parte del siniestro que corre por cuenta del asegurado. Muchas pólizas la incluyen para abaratar la prima, pero puede resultar costosa.
Ejemplo real
Un seguro de coche con franquicia de 600 € cubre un daño valorado en 800 €. El asegurado solo recibe 200 €.
Consejo práctico
Evalúa si la franquicia:
- Compensa el ahorro mensual.
- Se ajusta a tu capacidad económica.
- Tiene sentido según el riesgo real.
5. Plazos de comunicación del siniestro
Una de las cláusulas más ignoradas es la que establece plazos para comunicar un siniestro, que suelen ser muy estrictos.

Ejemplo real
Un asegurado sufre daños por agua, pero comunica el siniestro fuera del plazo estipulado. La aseguradora reduce la indemnización alegando incumplimiento contractual.
Consejo práctico
Comunica cualquier incidente:
- Lo antes posible.
- Aunque no tengas toda la documentación.
- Por un medio que deje constancia (email, app, llamada registrada).
6. Obligaciones del asegurado
Las pólizas imponen deberes claros al asegurado, cuyo incumplimiento puede anular la cobertura.
Ejemplo real
Un robo no es cubierto porque el asegurado no activó el sistema de alarma exigido en la póliza.
Consejo práctico
Revisa:
- Medidas de seguridad obligatorias.
- Requisitos de mantenimiento.
- Comunicación de cambios relevantes.
7. Cláusulas de defensa jurídica y libre elección de abogado
Muchos seguros incluyen defensa jurídica, pero con límites importantes.
Ejemplo real
El seguro impone un abogado propio y limita los honorarios si el asegurado elige uno independiente.
Consejo práctico
Conoce:
- El límite económico de la defensa.
- Tu derecho a libre elección de abogado.
- Los casos en los que el seguro no cubre la defensa.

8. Renovaciones automáticas y modificaciones de la póliza
Las pólizas suelen renovarse automáticamente, a veces con cambios en condiciones o precios.
Ejemplo real
El asegurado descubre tras un siniestro que ciertas coberturas desaparecieron en la renovación.
Consejo práctico
Revisa cada renovación:
- Condiciones generales y particulares.
- Cambios en exclusiones o límites.
- Incrementos injustificados de prima.
Errores comunes que debes evitar
- No leer la póliza completa.
- Confiar solo en el resumen comercial.
- No pedir aclaraciones por escrito.
- No revisar la póliza con el tiempo.
- Firmar sin entender cláusulas clave.
Qué hacer si una cláusula te perjudica
Si descubres una cláusula que consideras injusta:
- Solicita aclaraciones a la aseguradora.
- Revisa si fue aceptada correctamente.
- Reclama por vía extrajudicial.
- Consulta con un abogado especializado.
Algunas cláusulas pueden considerarse abusivas si no cumplen requisitos legales.
Conclusión
Las cláusulas del seguro no son letra pequeña sin importancia: son la base legal de tu protección. Ignorarlas puede dejarte sin cobertura en el peor momento, mientras que entenderlas te da control, seguridad y capacidad de reacción.
Un seguro bien contratado no es el más barato, sino el que realmente te protege cuando lo necesitas. Leer, preguntar y asesorarte es la mejor forma de evitar problemas legales y económicos en el futuro.

